30/5/14

LIBROS DE TEXTO: CAROS, PESADOS, ABURRIDOS, CERRADOS.



¿Por qué todavía seguimos utilizando libros de texto?

Hoy Eduard ha subido la mochila a la mesa, ha traspasado sus brazos por las asas, las ha ajustado sobre su espalda y, cuando la ha dejado caer en su cuerpecito para cambiar de clase, parecía la mismísima imagen de los porteadores de Tarzán.

Las mochilas siempre sobrepasan el 20% recomendado del peso del niño.  

El 40% de los profes se empeña en poner una libreta distinta para cada asignatura. Y el libro de texto hay que traerlo porque es la Biblia que adoramos cada día. Los libros son sagrados y además los hacen la editoriales, que de esto saben mucho porque lo han hecho siempre.
Mientras, a los padres se les enerba el alma verlos salir así de casa, y a los profes que no están acostumbrados a todo, también.

Por otro lado, internet está plena de actividades útiles e innovadoras, con contenidos bien pautados y organizados, elaborados por el propio profesorado, con esfuerzo, conocimiento y habilidades; y por eso cada vez más escuelas utilizan los portátiles y las tablets. En ellos podemos trabajar con materiales colgados en la red o con materiales descargados en el mismo ordenador.
Son una ventana abierta a todas las posibilidades que ofrece el mundo y además pesan muy poco.

Entonces ¿cuál es el problema para eliminar -bien, delimitar- los libros de texto?

El problema es que el profesor aún no se ha creído el enorme potencial que él tiene para conducir toda esa información hacia el alumnado, y además propiciar que el alumnado aprenda a manejarla, una carencia de la que todos nos quejamos y que quedaría saldada.

Delimitemos, pues, el gasto, el peso y el aburrimiento de un solo golpe.