30/4/10

LO QUE ALGUNOS SICOPEDAGOGOS ESCOLARES OPINAN DE LA SUPERDOTACIÓN



"¿Superdotada? Si su hija fuese superdotada sería como el niño de Vodafone, una desgraciada" Sicopedagoga del instituto de mi hija, dixit.


Habíamos acudido con el informe de superdotación de una sicóloga especializada que nos había clarificado el por qué de sus angustias nocturnas, de sus ansiedades diurnas y de sus terribles suspensos. ¡Por fin entendíamos lo que le pasaba y felizmente se lo íbamos a comunicar al colegio! ¡Teníamos la solución a su fracaso! Es verdad que por el camino nuestro entusiasmo fue bajando, cayendo en la cuenta de las limitaciones de los pobres profesores, en quien cada día, recaía toda la "diversidad" del mundo. No podíamos traerles más diversidad, por lo que, caminando, llegamos a la conclusión de que, una vez la sicopedagoga confirmase la superdotación, nosotros tan sólo requeriríamos excedencia de deberes escolares, para que en casa tuviera tiempo para llenar sus inquietudes. No pedíamos nada más.

Pero no contamos con que la primera piedra del camino iba a ser negarnos tan siquiera un test,  mediante aquella simple frase. ¿Cómo es posible que un profesional mantenga una visión de la superdotación tan...? Seguramente nunca leyó, ni siquiera en las noticias, que 8 de cada 100 de sus alumnos tiene altas capacidades.

La siguiente puerta a la que picamos fue la del director del instituto, que muy amablemente nos abrió la de otra sicopedagoga del centro que nunca apareció. Y, por supuesto, también hicimos un alto para hablar con su tutora, que, también muy amablemente, dijo que traspasaría la información al resto del equipo docente pero que no aseguraba que todos estuvieran dispuestos a que su alumna no hiciera los mismos deberes que los demás. ¡Toma diversidad!

El final del camino debía ser el defensor del pueblo. Sí, él sí que atendería el caso, puesto que, además, últimamente el Departament d'Ensenyament estaba manifestándo su deseo de potenciar las altas capacidades y eso en los organismos oficiales como El Síndic de Greuges, al que acudimos, tiene mucho peso. En fin, el peso se quedó en los organismos, y, dándole la razón a Kafka, nos perdimos en  montañas de papeleo del que no salimos con éxito, pues se nos volvió a negar el derecho de verificación de superdotación en el centro educativo puesto que así ya lo había determinado un profesional del que no tenían por qué dudar (Sí la que dijo la frase del principio).

Aquello pasó, pero si es ahora, no volvería a ser así. Y por eso lo cuento.
Los padres tenéis derecho, los niños con altas capacidades lo tienen, y, de la misma forma que encontré profesionales negligentes e ignorantes, también los hay dispuestos y concienciados. Mi mayor error fue pensar en que quizás aquello sólo era asunto nuestro. No es verdad, no dudéis en que vuestro hijo necesita a todos los garantes de su educación.